Me gustaría en este post hablar de Javier Téllez, artista venezolano que desarrolla su obra junto a pacientes de centros psiquiátricos. Esto no se traduce a que el tema de su obra sea la enfermedad mental, sino que a través del arte convierte a los pacientes en creadores. Javier Téllez insiste en que este tipo de creación no se enmarca en la Arteterapia ya que no hay una pretensión terapeútica en sus propuestas, sino la de dar voz a aquellos que viven en la sombra, podríamos decir que tiene más bien un aire pedagógico y social antes que curativo.
El rasgo que caracteriza a su obra es la creación de una obra artística colaborativa de la que el artista brinda una propuesta inicial que se transforma en otra que va evolucionando a partir de los pensamientos y expresiones de los pacientes que participan. El discurso artístico de Téllez se construye con los discursos de los pacientes generando una obra única y conjunta que evoluciona de forma espontánea. En este sentido, me parece interesante destacar cómo un artista se interesa en desarrollar una obra a partir de obra generada conjuntamente. Téllez regala, por decirlo así, una idea como propuesta y permite que el paciente salga del entorno en el que está inmerso y se traslade a un espacio de creación accesible a todos.
Si echamos un vistazo a la vida de Javier Téllez entenderemos cómo este interés por la enfermedad mental viene marcada desde la infancia. Su padre era psiquiatra y tenía instalada una consulta en su propia casa lo que evidentemente propicio esa proximidad y familiaridad con la enfermedad mental en el propio hogar. El artista también recuerda las visitas a hospitales donde su padre trabajaba, de forma que la presencia de la enfermedad mental se convierte en una constante que forma parte de su realidad cotidiana. Resulta interesante mencionar también las frecuentes visitas a museos que realizaba desde pequeño y que van formando la semilla de toda su obra. Téllez comienza a establecer relaciones entre ambos espacios. El silencio, la distancia y la estructuración del espacio físico son aspectos que Téllez conecta y compara lo que darán pie a aunar ambos espacios en el terreno artístico.
La planificación cada trabajo comienza por un primer contacto con el centro psiquiátrico con el que desarrollar una obra artística. Una vez que el centro acepta su petición, la obra se pone en marcha. Se realiza una primera reunión con todos los pacientes que quieran colaborar y Javier les explica en que consiste su trabajo y algunas de las propuestas ya realizadas para que conozcan ese proceso. Posteriormente los que deciden formar parte voluntariamente de una propuesta comienzan a trabajar con el artista a partir de la propuesta lanzada.
Es el caso de la pieza realizada por doce mujeres pacientes de un hospital psiquiátrico de Sidney a partir de la película muda "La pasión de Juana de Arco" de Dreyer. Las mujeres participaron en un taller que consistía en visionados y diálogos sobre la película para llegar finalmente a la creación propia. Téllez les pide que imaginen una nueva narrativa para la película cambiando los títulos que aparecen. El diálogo y acuerdo al que llegan las mujeres consiste en una paciente que se encuentra internada en un centro psiquiátrico que tiene delirios de grandeza y se cree realmente Juana de Arco. El clásico de Juana de Arco se reinventa en una historia contemporánea que permite identificar a las pacientes con su realidad más cercana, la enfermedad mental. Sin duda todo este trabajo tiene una clave que es el artista como maestro, promotor y facilitador de una idea que se les brinda y que ofrece la posibilidad de crear sin tener en cuenta las características de quien lo hace.
Os recomiendo visionar el documental del artista emitido por radiotelevisión española en el que ver con más detalle aspectos de su obra. Javier Téllez en el MUSAC